domingo, 26 de junio de 2011

Más que nunca me veo en el reflejo del mar...

Y bueno. ¿Qué hacer cuando todo pasa? Sí, cuando todo pasa, incluso lo que no creíste que pasaría...

Yo me pongo un saco al hombro, un saco lleno de agrietadas esperanzas, decido creer, dar una oportunidad a mi inoportuno pecho. Me levanto de una tumba hace tiempo habitada, la cuál solo compartía con la soledad. Agito las manos, hasta levanto torres de humo para llamarla, par invocar su nombre, la riego con lagrimas, le entrego toda mi fuerza, mi mente y el órgano corazonador, algo de lo que nunca me arrepentiré. Ella buscaba un par de palabras en mi, lo se, lo supe cuando ella misma pudo abrir su boca para decirme esas mismas palabras, para tocar mi corazón. Mi decisión fue tal que dejé la soledad compuesta por varias pasadas musas, por un paraguas con agujeros y por la libre voluntad de hallarme a mi mismo mientras jugaba con cuchillos. Volqué mi fuerza creativa, estalle en colores y varios olores psicoactivos y ella se mostró en las paredes, fue dejando su huella en la ciudad donde habito y todo con la complicidad de mis manos. Mis ojos se embriagaron con su hermosura, con su pequeña figura, con su exquisita forma de hacerme volar. Todo eso cayó y recayó en convertirse mi mundo y ya no veo sino a través de ella, de su presencia nocturna, de su silueta que ilumina las estrellas cercanas y las copas de los árboles en la penumbra. Su olor, su mano, su caricaturezco color que me incitó a regresar a mi infancia para dejar testimonio de que hoy las paredes hablan, cuentan poesía, solo porque ella está...

Y depronto hay giros, más giros, giros en todo, giros como cuando un auto cae por un barranco y no explota, solo rueda y rueda haciéndose más daño y dejando más cicatrices. Y de pronto sus tiernas palabras cambián y tienen un tono desafiante, un tono enfurecido, de rencilla, de pelea, de un histérico grito y de reclamo trás reclamo acerca de un solo pasado punto...

¿Cómo pasó? No lo se. Un día desperté y todo estaba desorganizado, se traspapelaron esos bellos recuerdos, las cosas que verdaderamente valen, los momentos que nos llenaron. Pudo ser la intromisión de un estraño, o extraña o lo que sea, que se coló para dejar huellas sobre la Luna, huellas que no se si se quiten, a mi me parece que se ahondan, porque ella deja que se ahonden, porque de a poco pierde la seguridad por esas palabras llovidas, vacías y con razón pero sin sentido que le mostraron. Luego dudas, esquivos performances, exclusiones de su espacio y tiempo. Ya nunca será lo mismo...
Parece idiota este aspecto y traído de los cabellos que tome una frase de filme gringo, "cuando se pierde la confianza ya no queda nada", y así parece estar quedando su camino, por complementario también el mío, en la nada, vacío, y duele, duele demasiado...

¿Recuerdas Luna, cuando me veías correr libre sabiendo que volvería a ti siempre? ¿Recuerdas que nunca te dejé? ¿Recuerdas que nadie podía quitarme la oportunidad de verte, corría hacia ti? ¿Recuerdas que no importa cómo ni cuándo, peor dónde, no podía escaparme de mis ganas de verte, de sentirte cerca? Sigo sintiendo lo mismo, voy a sentirlo siempre...

¿Pero, qué veo? A pesar de que te diga eso, a pesar de que te diga todo, a pesar de que te escriba y te nombre, a pesar de que notes que me tienes por completo, a pesar de que ya no quede un lugar ni un segundo donde no estés tú, solo mantienes una lanza en alto, direccionada al lado izquierdo de mis pectorales, esperando que de un paso para que yo mismo me traspase ese músculo con sentimientos...
Entonces no comprendo más y casi me vuelvo loco, no se cómo llegamos a este punto, yo te amo  y más de lo que crees, no tienes una pequeña idea de lo que hice, hago y procuraré hacer por y para ti. Y nos solo para ti sino para ese pequeño retoño con nombre de golosina que llevas en tus brazos, pedacito de ti que también me es valioso...

Y entonces me siento más cercano al reflejo del mar, me siento más como Medardo Ángel Silva, o como Alfonsina Storni. Mi mente deambula, no encuentro razones porque no te encuentro a ti, porque parece que ya no quieres encontrarme. ¿qué hago? dímelo, no se que hacer, necesito tu voz para hallar un destello que me guíe hasta la salida de esta bolsa obscura en la que he caído. Por favor dame una señal, no puedo más, solo quiero dormir abrazado a tu cuerpo y a tus sueños, pintar por ti, caminar por ti, sonreír por ti. No quiero irme sin despedida, no quiero desaparecer un día y que no encuentren ni mis cordones, y créeme he estado cerca. No quiero, lo que quiero es quedarme y que mi rostro se vuelva una pasa mientras miro el tuyo, rostro tan bonito, tan tierno, tan amado. Sino solo repartiré mis huellas en la arena o al filo de una hermosa montaña y me despediré de quién me mire ese momento...
El Gabu.


VOY A DORMIR


Dientes de flores, cofia de rocío, 
manos de hierbas, tú, nodriza fina, 
tenme prestas las sábanas terrosas 
y el edredón de musgos escardados.


Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. 
Ponme una lámpara a la cabecera; 
una constelación; la que te guste; 
todas son buenas; bájala un poquito.


Déjame sola: oyes romper los brotes... 
te acuna un pie celeste desde arriba 
y un pájaro te traza unos compases


para que olvides... Gracias. Ah, un encargo: 
si él llama nuevamente por teléfono 
le dices que no insista, que he salido...

Alfonsina Storni.

No hay comentarios:

Publicar un comentario